—¡Oh, santo cielo! —No. Me lo regalaron el fin de semana por hacer una tontería en una fiesta. Lo pronunció tan bajito y nervioso que apenas logré deducirlo. —Pásame el teléfono. —Oh, se verá aún mejor. Al regresar al edificio, avisté a Nicolás, caminando de un lado a otro en el pasillo de nuestro nivel. A veces esperábamos hasta diez minutos sin actividad, escondidos entre árboles. ¿no utilizas champú?! Espera aquí. Ah, y que no toleraban mis tonterías. —¿Qué clase de peligro corres? —pensé inquietada. —se preguntó. Miré a todas partes hasta que mi mano aterrizó en una pequeña toalla. Al final, me avisó que no le contaría a mi padre, si le prometía “no volverlo a hacer”. A Gabino le costó tanto que solo aceptó bajo la condición de que era prestado. —Hmm... Solo logro recordar su nombre, pero no su apellido. Esperé a que Lindsay estuviera distraída y entré en la mansión. Lo miré con una cara de desagrado. Bajé mi mirada, sintiéndome apenada. IDEAL LECHE AMANECER X 395 GR. Se limpió la mano con un pañuelo que extrajo del bolso, haciéndome entender que mi cabello era un asco. —preguntó Diana. Mi tía que, vivía a treinta minutos, no tenía vehículo. Puedes encender la televisión si así lo deseas. —Ya había agregado al carrito las camisetas oscuras que quiero comprar. Ya sabes, atacar lo más lejos posible. ¡Santo cielo! —¿Qué demonios hace la recoge basura en tu apartamento? Comencé a sentir un leve calor en mi pecho. Lo que me dolió fue como ella me trató, su hipocresía. Preguntaba información personal y experiencias de trabajo. Como la clínica se llena de personas, seguro regresaré en dos horas. El bajo te hacía vibrar todo el cuerpo. Si le cuentas a alguien, ya no seremos amigas. S/ 4.30. Los movimientos de ese baile me parecieron provocativos. Juliana salió. —En el refrigerador —le informé y fue por ella. —contestó. Espero disfruten la tarde. Lo que veía era de otro mundo. Era tan lampiño que en su pecho y estómago, no tenía ni un solo vello. Estoy más que segura que se llevarán de maravilla. Para él, su esposa le había puesto una orden de restricción para proteger a su amante. —Sí, hmmm... —Le propinó tremenda mordida—. —Hmm... —lamenté que no quiso contarme. No vayas con los ojos delineados que seguro ni te dejan entrar. Regresé al lado de Juliana. —O mejor, la subirás a tus redes sociales para que enloquezcas a tus seguidoras. Me imagino tus redes sociales, repletas de chicas babeando. Apagó el monitor y, de un cajón del escritorio, extrajo una computadora portátil. Temía volver a toparme con esas personas. Les alegraba que había hecho amistades y me iba bien en el empleo. —¡Tía! —Se motivó—. Abrí la puerta. Es cierto, te moriste... —Desconocía a que venían sus palabras, pero no solo se había entristecido, actuaba ausente—. En ese entonces veía ese tiempo como una inversión, pero al pasar los años empecé a cuestionarme si en realidad no fue un desperdicio. El señor paró de teclear y me saludó amablemente. —¿Eres Lily Scott, cierto? Hay algo que quiero pedirte. —Por favor, Lily, no me rechaces —pronunció. —No te preocupes. —¡Muere, bestia fea! —Lo siento mucho. —Tía, ¿dónde está el secador de pelo? —Por supuesto. Bartolomé lo miraba como si lo hubiera encontrado robando. —Lily... —Tía acababa de endulzar dos tazas de café—. Esa canción a cada segundo ascendía su volumen. —Y ¿hacer qué venga a molestarme? En el escaparate, exponían cuadros de paisajes, animales y frutas. —Joder no relajes, enseguida voy. Alguien comenzó a tocar la puerta. Entramos a revisar lienzos. El león rugió. Me les acerqué contenta, incluso varios invitados. —le pregunté y asintió con la cabeza. —A esta hora solo quedas tú. Intentamos avanzar por otro minuto, pero fue imposible. —Se me agitó el corazón—. PAQUETE 6 UN. Luego fue a los escalones y pasamanos. La asistencia artificial mejoraba mucho mi puntería. Se removió las gafas. Me desagrada un poco su manera de ser, pero lo importante es que te quiera y trate bien. Abrió el grifó y comenzó a mojarme el cabello. El día de la boda, me hizo un berrinche que jamás olvidaré. Yo en un taxi. ¿Te has atrevido a venir a mi hogar a ofenderme de esta manera? Cuando tenía diez, emigró con su familia de Rusia. —Le pagué al chófer. Pero qué podía hacer, él era muy afectivo; no podía conciliar el sueño sin que antes su amada hija les diera las buenas noches—. —Algo así. —Lily Scott, cuéntame, ¿cuáles son tus aficiones? En un bolsillo, traía un paquete de galletas saladas. Comprar. Mucho gusto, Lily. Perdóname por no haber ido a darte la bienvenida. ¿A dónde piensas invitarme? Ahora me toca dar la cara ante esa junta de burros. —Hace años tenía el hábito de solo poner fotografías mías en su teléfono y computadora. Con lo rarito que era, imaginé que ni iba a despedirme, pero incluso salió afuera. Durante el primer año de escuela secundaria, ocurrió algo y tuve que continuar mi educación desde casa. En ese momento, comenzó a sonar una música dramática de tambores. —Sí, hoy es mi primer día. —Llega a las tres de la tarde. Ágilmente, quemé a tres minotauros que estaban a cinco segundos de atacarnos. —¿Cómo habrá amanecido? —No, espera. —Espera, ¿Lindsay lo engaña? Salimos a las aceras. Visité uno de los jacuzzis y, de las nueves personas metidas ahí, solo dos tomaron un pedazo. Enseguida me monté para que a mi padre no se le ocurriera gritarme. Era alguien vestido con un disfraz de un gato blanco, que continuó su camino de la misma manera, casi chocando con otras personas. Me conformo con observar. Luis asintió con la cabeza. Salí a presenciar como se alejaba y, antes de que fuera a entrar en las escaleras, le grité. —Volvió a concentrarse en su trabajo. Los atrapó y apretó hasta destrozar sus cuerpos. Vamos antes de que comiencen a apestar. Me miraba a la cara con esa expresión de desagrado. Cristián me informó que, por medio de control remoto, algunos animales caminaban y producían ruido. Se lo encontraba horrible. Sus trucos fueron rápidos y elegantes. Sobrio ni loco me hablaría así de cursi. Ethan me susurró que hace meses Kevin los metió en problemas por hablarle mal a un famoso patinador. No sé cómo fui tan torpe. Me están tratando como a un bebé. Tras ordenar, él nos trajo una botella de vino acompañada de dos copas. Vamos a donde no nos vomiten o miren como si quisieran hacernos daño. Agarró una botella y la arrojó contra una pared. Ella miraba hacia un lado toda molesta. —Por supuesto. Ella permitió que él colocara su cosa en su cosa, el mocoso comenzó a crecerle en el vientre y se casaron. SKU: PMP00002671039 (Sin Calificaciones) Ahora este y otros productos mas lo puedes encontrar en Bodega Pucara y Ripley. —Por favor, serías tan amable de sacarme de este lugar. —Se me acercó hasta aprisionarme contra el fregadero. Me había percatado que Luis desde que tocamos nuestras manos, no había vuelto a intentar comer palomitas. Yo no sabía ni que hacer porque él estaba muy callado. De la misma estatura de Kevin. En otra un hombre que seleccionaba objetos, creó una inmensa lata de soda en realidad aumentada que dejó boquiabiertos a unos niños. Pensé que sería descortés no despedirlo con un beso en la mejilla y me le acerqué. Me caía como patada al estómago que me llamara “Querida” porque siempre lo pronunciaba con esa actitud. —Sonreí y se lo pasé. El gordito le pidió que le acercara su cabeza y, tras bajarse un poco el cuello de su camisa, le mostró que había logrado entrar en la arena una botella plástica de dos litros de soda de uva. Kevin lo miró sorprendido y luego me miró a mí. —Así es, nuestra familia creció. Un golem: criatura humanoide formada de tierra con una cabeza pequeña y manos gigantes, se formó con el doble de tamaño de los ogros. —¿Tienen un termómetro? Supuse que alguien acababa de llegar. Sentí cuando Arya se quedó mirándome. Esos niños se meterán en problemas si no mejoran la calidad. Contesta, por favor! —¡Y yo me llamo Percy! —No te preocupes, quedamos bien. —¿Quieres pastel? —¿Alguien sabe qué serán los enemigos? —Arthur Diesel... Luis sacó la caja de pizza del reciclaje y la introdujo en la basura. Me impresionaba lo disciplinado que era. La última vez que hicimos esta fiesta, por lo menos fue a saludar. Además, no comprendía como toleraba a su desquiciado jefe. Ese tipo que salió de aquí hace unos minutos y que tú crees ser mi amigo, es tan imbécil que si nos ve juntos se atrevería a mencionar que los problemas actuales se deben a mis descuidos por andar de coqueteo en la oficina. —Me creí muy vieja para jugar a la emo. ¿En qué puedo ayudarle? —Había regresado a su papel de emo. —Salió a cumplir con sus deberes. —Lo había seguido porque creí que ofrecería llevarme a mi edificio. Morgan estaba paralizada del miedo. Arthur continuaba tocando. El terrero tenía libros que parecían arrojados violentamente. —me susurré. Pero en serio, ¿te pasaste tus veintes solo estudiando y trabajando? Mantente atento al Catálogo Metro de la semana para encontrar las ofertas y promociones más convenientes. Conveniently located restaurants include SottoCasa Pizzeria, Harlem Shake, and Amy Ruth's Home Style Southern Cuisine. El chico al lado de Ethan, lo empujó hacia atrás y casi lo hizo caer porque ya no soportaba las ganas de presentarse. —Con sueño... —Colocó el teléfono sobre el tocador. —Pobrecita Arya... —Se apenó Percy. La atmósfera en el armario se hacía más tensa. Gracias por responder. Descubrimos que la amante de Nicolás, trabajaba en el mismo edificio que nosotras. —Hmm, cómo que conozco ese cabello anaranjado... —Lindsay se despegó de Nicolás y comenzó a caminar hacia mí. —Comenzó a toser como si se fuera a ahogar. Él me evadía mirando hacia el suelo. Luis tardó varios segundos para contestar mientras reunía el valor. Soy el único que vive aquí. —A, a, amé tu co, compañía... —Casi se murió. —No te preocupes. En la categoría Supermercados hallarás disponible la promoción Mezcla Láctea Ideal Amanecer 24 x 395g. —me preguntó sin mirarme—. Cuando Kevin puso la canción que buscaba, caminó varios pasos hacia adelante con el micrófono en mano. Luego se distrajo con su teléfono. —No pude evitar sonreír. Sus paredes estaban decoradas con dibujos en hojas de papel. Que ella logró inspirarlo y hacerle recordar sus mejores momentos de juventud. Se entorpecieron mis habilidades para entablar una conversación. —Lamentablemente, solo el cinco por ciento alcanza esa dicha. —Hola... —saludé sin ganas. Noté como estaba mojando el piso. —Estoy tan feliz. Cuando me mandan un chófer amable, hasta me ayuda a subirla. —Solo buscaba evitar una desgracia, no arruinarle la vida a nadie. No pases del “hola” con alguien que luzca raro. —Cómo crees, Lily. ¿Será por qué es nueva? Del otro, un avión que cada vez desaparecía más en el horizonte. —Ay no, tía, qué miedo. —Se contentó—. Mi madre había perdido su empleo a principios de año. Le avisó a su chófer que esperaba en los estacionamientos, que fuera a la acera en la entrada del parque. —Móntate —me pidió. Sin embargo, si es tan adinerado... —Lo miraba. Ahorrar cuarenta y utilizar el resto para gastos de transporte y cualquier cosa que necesitara. A las siete y media, tomé un taxi. —De ahora en adelante, serás conocida como “la Colorada”. Los abrió mirando directamente los míos. En mi camino de regreso, una mujer tomó otro. —No sé... ¿tú qué opinas? Esa rubia tan mala volvió a colocar música electrónica. —El otro día te vi interesada en mis trofeos. El chisme continuaba. Tenía un poco de barba bien cuidada. Compramos ensaladas de verduras con batidos de mango y melón que tenía trozos de banana flotando. —La señora enseguida se bebió la mitad. —Hmm... son idénticas. Me iba a ver rara porque con el sol que tomaba en el parque, se me había bronceado un poco los brazos y piernas. Consulta las últimas Mezcla Lactea Ideal Amanecer x 395g promociones y disfruta de las rebajas más baratas Mezcla Lactea Ideal Amanecer x 395g al mejor precio disponible. Hasta el lunes. No arriesgues lo que has construido solo por los engaños de tu esposa. —Owain se le acercó a su mamá—. —Está en otro edificio. La de Owain se le acercó y continuamos. Caminábamos por el pasillo hacia las escaleras de la zona Norte. —Me reí un poco. Vestía una gruesa cadena que le colgaba por debajo del pecho. Y si me va bien, todos ganamos porque seré capaz de seguir publicando. Oye, ¿me acompañas a entregar ésta en el quinto nivel? —Se alivió. —Yo puedo llegar a mi casa en un taxi. —Pidió el señor del otro escritorio que en ese momento estaba a mi espalda. Me observó un poco y, cuando miró hacia la puerta de la habitación, vimos que comenzó a abrirse. Arya rechazó rotundamente; ni siendo el último día de la humanidad, se humillaría de esa manera. Al alcanzarlo y ver su rostro, me alegró estar en lo cierto. También vi las sillas voladoras y otras atracciones... El camino central era el más normal y elegante. Entré en la empresa y a los pocos días adquirí esa misma mentalidad. —Me imagino qué usted está en la universidad —comentó. —Descuida, Lily. Fui a ducharme a las seis y media de la noche. Del lado donde nos estacionamos, había toda clase de negocios, pero por el festival, solo los que vendían comida estaban en servicio. —Hora de limpiar oficinas. —Me acerqué a contemplarlo. Kevin se lanzó en la piscina como todo un héroe. Y la verdad, la textura de tu cabello anaranjado como que no va con el otro. —Se fueron. —Recordé lo estresado que estaba el viernes. —Pero... me acabas de pedir que me quedara —contesté. Sin embargo, quedé congelada tras identificar a la persona que llegó a su espalda. Su estilo era agresivo. —Me hice la tonta. —Bueno, yo entraré. —Lo empujé—. Déjala ir. No se mete con nadie. En un lado estaban todos los instrumentos médicos de los doctores. Me llevé la sorpresa de verla continuar comiendo sin decir una palabra sobre su calidad. Hace tiempo que no veía esa determinación en su mirada. Los amigos de Arthur se habían metido en un jacuzzi a compartirlo con los demás. Me ponía más nerviosa. 27 minutes ago. En otra pared, había una gran fotografía familiar que conmemoraba el nacimiento de su primogénito. —Por supuesto, señora. —Está bien, no te preocupes. —Entiendo. Es más, es bastante torpe, nunca deja de cometer estupideces. —le pregunté apenada por Juliana. —¡Gracias! Aún le gritaba a su marido que se comportara, pero él estaba más que ido. El señor se disculpó. Coloqué los vestidos en un tendedero. Ese ladrón se apoderó de mi mesada de tres meses. —Owain... ven. Las mato y siempre aparecen. Por eso me asignaron esa cantidad. —¡¿En serio? Como a Rosario le desagradaba hablar, decidí dejarlo en paz. ¿A qué se deben tus lágrimas? Actúa así porque está en su fase de oscura emocional. Su cabello era tan negro que parecía teñido. Hoy vamos a trabajar juntos para mostrarte los lugares que debes visitar. Escúchame, no usaremos su dinero. —Orillé los cubos tras decidir visitarlo. —pregunté de irónica porque como husmeadora, me sabía toda la película. Al principio cuando lo avisté, miraba hacia la calle, pero se había volteado hacia la multitud que venía de las aceras, como a esperar a que yo saliera de entre ellos. La otra asentía sonriente. Cuando me las coloqué, me sorprendí al visualizar el logotipo de Wisney flotar sobre la plataforma. Yo seré tu asistente. Nos ofreció hamburguesas a mitad de precio, pero negamos comprar porque hasta asco nos daba comer por el vómito de hace poco. —Lo sé. En el brazo derecho, tenía un gran tatuaje de un dragón que se extendía desde la muñeca hasta el hombro. O a él, ¿era tan complicado mostrarle el historial de llamadas y que ella comprobara que en realidad sí era su prima? —Se espantó de la sorpresa. —Te necesito a ti y a Anastasia para el campeonato. Bajé al segundo nivel a continuar mi oficio. —Me coloqué el cinturón de seguridad. Y llevarás una daga por si te acorralan. —¿Qué haces aquí? Juliana se impresionó. Lucía pálida; sus labios habían perdido un poco su color. —¡Duerme bien, hermanito! Se sujetaba el pecho mientras tosía como si el alma se le fuera a salir por la boca. Mi padre iba a seguir encargándose de pagar el servicio del teléfono. —le preguntó Eris. No nos sentimos ofendidos, al contrario, muy agradecidos. —No le prestó mucho caso. —No tan íntimo, Cariño. —le saludé mientras volteaba hacia mí. —Pues ya sabes, luchando para sobrevivir. Al llegar nuestro turno, el chico explicó que las bolsas costaban diez dólares. Estábamos a setenta pasos de alcanzar una transitada intersección. —Otra vez, gracias. Cuando me había alejado varios metros, le escuché llamar mi nombre. —¿Encontró lo que buscaba? Estuve viendo televisión, pegada al teléfono y sufriendo un poco de calor. Apenas tiene tiempo para pensar en otra cosa. —Espera, yo vine a comprar ropa. —Y creía que a los “oscuros” no les interesaba esas cosas. —Entonces, ¿quién? Como mi hermana se fue a estudiar en otro estado, podrás dormir en su habitación. —me preguntó Fanny. ¿Noticias sobre Gabino? Era Cristian López, el apuesto repartidor de pizza. Entramos en una tienda de ropa para todo público. En primera persona y lenguaje directo, se trata de una historia desarrollada a partir de un cuento para adultos, donde se hace un canto al padre ideal –el que sabe escuchar, sabe contar historias, juega con el hijo, comparte los secretos, contesta siempre a las preguntas y no rompe nunca las promesas–, al ingenio y la inteligencia, al ser feliz con pocas cosas, y, al mismo … —Se está portando bien. —No eso, digo, ¿no siempre vienes por las noches? —Lució desinteresada. Por lo menos está algo fresco. —No soportaba la risa. Nosotras nos dirigíamos hacia un grupo de cinco chicos. Mezcla Láctea Ideal Amanecer Lata 395 g Pack 6 unid - Wong ... Cambiar. Él se inclinó hacia adelante para observarme mientras conducía. Coloqué el teléfono sobre el escritorio y, con esfuerzo, lo llevé hacia mis cubos y vacié su contenido. ¿Sobre intenciones? —Usted también. Transcurrieron unos minutos. —Es tan impresionante —pensaba mientras lo miraba—. A la distancia, comenzamos a percibir pesadas pisadas acercándose. —Te quedó delicioso el arroz. —Eres merecedor de todos mis insultos —le respondió Kevin. Tenía un banco. A mí no me interesa ninguna de esas viejas, solo actuaba amable. —Me la pasó. ISBN: 9781097187423 —Un poco. Tía quedó sorprendida al escuchar esa descripción. La administración de Wisney no tardó en ver una manera de sacarle provecho, y lo convirtió en una atracción oficial. —¡Eres una basura! El empleado imprimió un rollo para cada una. —Espera, Lily. Porque descubrí en las cámaras de la mansión que visitaste a mi marido. Bookmark. Me voy a mudar allá. —Miró a su alrededor—. Era solo que cada uno comprendiera las raíces de sus inseguridades para volver a estar bien y disfrutar de sus escasos días juntos. —Cerré la puerta y suspiré. Te aseguro que todo ha sido de su parte. La única manera para que estés tranquila, es si tienes novio y él te defiende de los demás. Mientras, estaré muy atenta a ti. Es que en mi pueblo ni eso fue un percance porque la mayor parte del año siempre estuvo nublado. Había producido películas aclamadas en todo el mundo. Tía había horneado las galletas en un molde de corazones que compró cuando estuvo en el supermercado. —me ofreció Percy. ¿Quieres qué alguien te acompañe? —¿Cuándo me dejarás descansar? —Uy, qué nervios. Vestía su atuendo casual; una blusa blanca con una falda y zapatillas de tacones oscuros. —Me asusté porque creí que su vida corría peligro. Cuando me calmé, me tendí en el sofá, cerré los ojos y me relajé por unos minutos. Tenía un mostrador de cinco metros de largo, donde había frascos repletos de golosinas. —Sí, descuida. Y ¿en cuál universidad estás estudiando? —Esperaba contento sus respuestas. Dominaba el inglés como cualquiera del país, pero con un leve acento de su lengua nativa. —¿Se te mejoró el dolor de cabeza? Del mismo modo, puedes consultar el precio en el Catálogo Metro más reciente o en el sitio web de Metro. Ahí Arya se percató que se les habían aguado—. —Reía Ethan mientras me la pasaba. Al entrar al armario del conserje en el sexto nivel, me encontré con Luis terminando de comer yogur de melón de un pequeño envase. —Está bien. —Era el nombre de mi madre. —Descuida, compraré con el dinero que me regaló mi papá. —le preguntó Kevin. Pensaba que era ella, pero al ver la pantalla, me llevé la sorpresa de enterarme que era Cristián López. Y ¿qué tal Morgan? Y a pesar de todo, estuvo de malcriada. ¡Este es el mejor juego del mundo! —¡Demonios! —¿De dónde vienes? Cada vez que pensaba en Arthur, no podía evitar sonreír. —Claro, te creo. Kevin le advirtió seriamente que no toleraría otro berrinche. Las mujeres de su grupo estaban bastante animadas. ¿Tan imposible era gritarse que nada ocurría? —Me explicas mis labores. —Le ofreció una mano. —pataleó. Lució indispuesto a seguir conversando. Nosotros nos alejamos. Incluso le preguntó cuál era su estilo y si tenía una red social donde podría encontrarlo. El saludo al sol es una secuencia de doce posiciones realizadas como un solo ejercicio continuo. —En el cuarto. —Suerte que te tiene a ti, que te ha conocido. Me senté en una de las dos sillas frente al escritorio. La luz cambió a verde y continuamos. —¡Alcahueta! Elly fue a recordarle a Morgan que no se atreviera a hablar mal de ella. Estuve recordando cuando me enfermé hace muchos años. Arya estaba cerca de una mesa repleta de cajas de golosinas y chocolates, inspeccionando de cuál clase comería. A Percy le regaló una. Antes de comenzar el vídeo, leí la lista de ingredientes. —Llega a las dos de la tarde a mi edificio. —Le cerré la llamada—. —Tuvo el atrevimiento de quitármela. Para eso saliste de tu casa, para buscar un mendigo empleo. Revisé sus comentarios. —¡Me la pagarás! Realizaba un truco detrás de otro como si fuese una danza que dominara a la perfección. Cuando Lindsay salió de mi apartamento, llamó a Morgan. Un pantalón jean y unos tenis blancos que lucían viejos y desgastados—. Mi hermano nunca me prestaría para comprar ropa. No podré dormir sabiendo que cualquier día podría ocurrir. Suspiró y lo pensó por unos segundos. —Se fue a sentar en el sofá. Sigue así. —Debiste avisarle a Morgan que no era el mejor de los fines de semana. Por suerte, tía comprendió mi situación y decidió no volver a soltar la lengua. Pues resulta que ese marido le colocó un rastreador de localización en el teléfono y, esta mañana tras desbordar del avión, vino directo hacia acá y los enfrentó. Estos son los horarios de entrega disponible para tu distrito: Para darte una mejor experiencia, indícanos tu método de entrega: Cliquea Enter después de cada item o sepáralos por comas (ej. —¿Cómo se llama el género que cantan? Sin embargo, lo que más necesito en estos momentos es a mi her... —Ni lo menciones. —Haz lo que quieras. Estaban una delante de la otra. —Mejor que la última —le halagó y continuó. —Me lo imagino. —Levantó el sobre y se lo pasó. Su velocidad en los últimos dos minutos fue increíble; a nivel de Smashers. —le preguntó. Lo leí. Si él hubiera tenido la iniciativa, no lo hubiera rechazado, pero desistió tras considerarlo inapropiado. —Qué bien. —¡Hora de la película! Su corazón le asignó la complicada tarea de escoger a un único e irreemplazable huésped. —El gordito hasta lagrimeó. Ve a la tienda de Amazon, o donde lo adquiriste, y por favor escribe una reseña. Se fue a la cafetería. —Reía. Mantenía su barba y bigote recortados. Registramos nuestro tiempo de salida en el escritorio de la sala de espera y salimos afuera. Tenía densas cejas negras y ojos oscuros que reflejaban los constantes trasnoches. —Y ¿quién rayos es ese Arthur Diesel? Estaba conversando con la mujer que compartía el cubículo de trabajo. —Señora Patricia, ¿serías tan amable de llevársela al recepcionista? —Espera... —Ya me había volteado para salir, pero me detuve tras ser llamada por el señor—. —Suena afanoso, tía. Solo la pude despedir asegurándole que siempre contarían con mi apoyo. Ni piensen que gastaré energía defendiendo a unos desconocidos buenos para nada. —Párate, Lily. En ese momento, vi cuando miró por primera vez a Cristian a la cara. Su déficit nutritivo intensificó los efectos negativos de la gripe. Después pensé un poco nerviosa que quizás quería confrontar eso que sentía. Me desahogué con tía cuando llegó de visitar a Juliana. —¡Qué tengas una bonita noche! Quien parecía el héroe, enseguida se montó en su caballo blanco para perseguirlo. Se escuchaba una leve y elegante melodía de arpa. Solo quien obtenga la mayor puntuación, sobrevive y avanza a uno con sobrevivientes de otros. Estuvimos paseando por alrededor de media hora. Esperen un segundo. —Aún tengo que recoger la basura de este nivel y el cuarto. —La más barata cuesta trescientos dólares y está restringida a unas cuantas atracciones. A mí me encanta reír. —¿Cómo así? —Gracias a la revistas, sabía mucho sobre vehículos. El lunes cuando llegué al empleo, me encerré en el armario con Luis para hablarle seriamente. —Cambió uno por otro de guacamole—. Estuvo jugueteando con mi cabello, acariciando mi cara. —Sentí algo de pena—. El león intentó morderle un muslo, pero sus colmillos apenas lograron atravesar un poco esa gruesa piel. Al entrar en nuestra calle, nos percatamos que las patrullas y ambulancia, estaban estacionados frente al edificio. A los siete segundos, descendió a mi cuello en donde estuvo dándome varios besos mientras me acariciaba. Terminaría atrayendo a gente todavía peor. Sentía que si era sincera en ese momento, cambiaría su manera de ser conmigo, y aún sentía que había muchas cosas que deseaba conocer de él—. Los únicos que practicaban, un chico y una chica, al vernos llegar se detuvieron impresionados. —Ah... se nota que es muy aplicada. Me respondí que cuando no trabajaba, no tenía fuerza ni paciencia para enredarme en esas ideas. Tomó asiento sobre su escritorio. Arya ni se asomó por el hospital. Muchos se quedaron con cara de “¿qué demonios?”. Apresuré mis pasos para alcanzar a los chicos. Quizás... —admití tras echar mi mirada hacia un lado algo nerviosa. Se descubrió completamente para quedarse sentada a mi lado. Solo se notaba porque la luz estaba encendida. —gruñía Arthur—. Me culpaba de arruinarle la vida. Atrás tenía el estampado de un tigre de bengala rodeado por rosas y dos revólveres en la parte inferior. Siempre pido un taxi. Y con mucho esfuerzo, logré escapar. Tuve una afanosa semana. Ya no puedo aspirar a mejor de ahí. Deje de holgazanear, vaya a atender a la gente. Le fue genial. —Le sonreí. Sin embargo, como conducía rápido y bruscamente rebasaba otros vehículos, lo abracé por su abdomen para sentirme más segura. —Bien. —Solo necesitas firmar un papel donde autorizas que le den de alta sin finalizar su tratamiento. Desde que se enfrentaron, piensa que ya tiene el derecho de verme cuando se le pegue la gana. —¿Sabías de la pelea de hace unos días entre Nicolás y mi marido? —¿Me concedes el honor de servirte, hermosa señorita? Nuestra charla nos llevó a recordar nuestra infancia porque ambas compartíamos que nacimos en el Norte de nuestros países. Brillaba tanto, que me dieron ganas de quitarme las gafas. En ese momento, me percaté cuando Kevin salió de la piscina. De cada lado había cinco tocadores; sus espejos tenían luces en las orillas. Extrajo su teléfono y nos pidió acercarnos para tomar una fotografía. —Dejémosla ahí. —le preguntó Owain y nosotras miramos curiosas. Solo demandaba a su hermana de regreso. El integrante de Smashers llamado Mango, llegó a la rampa. Mientras caminaba a su lado imaginando cómo me vería mañana, sentí cuando se detuvo. —Iba de salida—. —Tengo una idea. —Hmm, mejor dejemos a esa gente en paz. Estuve recordando si en toda la semana, hubo un momento donde cometí una torpeza al recoger su basura. —Cuando anochezca. —Por supuesto. —El pobre Luis estaba bañado en sudor. Se acercaba lentamente, temerosa y tímida por haber ido a donde antes ni se atrevía. —Esperaré aquí tranquila, no te preocupes. —¿Quién es ella? Su amigo tuvo que cerrar el restaurante por esa noche. —¡¡No quiero ver a ninguno de ustedes, fuera!! Después de tanto caminar, llegamos a una zona de kioscos de comida que conectaba con los tres caminos. Intentó decirme algo por varios segundos, pero sus nervios le impedían pronunciar siquiera una palabra. Vi en función una atracción donde un gran gusano sobre rieles iba a gran velocidad realizando vueltas y entrando en túneles. —Me apenaba ser la única que reconocía su esfuerzo. —Hmm... —Por eso hasta pena me causó enfrentarlo. Y hasta las escuelas sacan a los niños a practicar. Sentí cuando se detuvo tras llegar a nuestro lado, y algo nerviosa, volteé a mirar. Fui a cambiarme y bajé al tercer nivel. —Samuel tomó otra dona, se levantó y sujetó el termo. —Hmm, bueno, pensaré que hacer... —Sus palabras me hicieron sentir algo inquieta e incómoda. Leches. Se alegró y, en ese momento, me miró por primera vez. —Cómo crees, no tengo el corazón para rechazarlos. —No. Cuando se iban, Owain persiguió a su madre y ella le exigió que los esperara conmigo porque el área del kiosco era caótica. ¿Quieres ser médico? —¿Ya olvidaste el videojuego? —Suena bien. —Suspiró aliviado al verme llegar con su almuerzo—. Él agradecía esos segundos de calma en tan caótico parque. —Imagino que un accidente de tránsito —comentaba el chófer mientras regresaba a la vía—. Se iba. —Yo pinto. —El límite es de cinco mil dólares. Es una amiga del trabajo que me invitó al parque de Wisney con su hijo y hermano. —Soy rara, ¿cierto? Luis se agachó a recoger el de basura. —El asunto es que la presión aumentará. —Pero tía... sé que tienes razón, pero me preocupa quedarme de brazos cruzados. —Daré lo mejor de mí. Me forzó a enfrentar su mirada. Soy Kevin, tengo dieciocho años de edad. ¿Te traigo un vaso de agua? Bendito sea este empleo. Lo que ocurre es que la carne pica un poco. En realidad, utilízala para todo lo que necesites. Unos hombres le arrojaron naranjas en la cara mientras le escupían insultos. No me tengas pena. Lo pensé por unos segundos. Había un señor que tenía a los niños muertos de la risa. (2) Agregar al Carro. Al comenzar a caer caliente, me lavé el cuerpo con prisa. —Perdóname que no he terminado de limpiar. —Se rio tía—. Pero a falta de tiempo, necesitaba escoger el que menos me desagradaba. Luego tuve la idea de compartir lo que me pagarían con él. De edad se acercaba a los sesenta. —Siempre suelo comprar por Internet... —me explicaba—. —Entonces, ¿no le incomodará a tu hermana que los acompañe? —No te preocupes. —Abrí el compartimento a mi frente y se los pasé. Es la única familia que me queda. La brisa estaba un poco agitada y algo fría. Me sorprendí tanto que, rápidamente, volteé la cabeza hacia un lado para no escupirle la soda encima y arruinarle la computadora. —le refunfuñé. Tía y yo nos habíamos preparado para ir a la tienda de telas en la plaza. Joven y estúpido suena a que será comedia romántica. Supuse que era su amante. —Es obvio —decía Nicolás—. —Se me agitó el corazón. La amante esta mañana me informó que descubrió la verdad. —A propósito, ¿has vuelto a salir con el empresario que te llevó a comer pasta? En promedio, nuestros suscriptores ahorran cientos de pesos gracias a nuestras actualizaciones. Yo miré sorprendida a Juliana, interesada en descubrir su reacción tras ser rechazada de esa manera. —Ethan se paró de la sorpresa. Notó como caminaba hacía él, y se paró guardando el teléfono en su bolsillo. ¿Te pagan bien? ¿Frecuentas este lugar? —Ay joven, yo solo soy su tía. Había tomado asiento en medio de dos señores empresarios. Buscar la ayuda de otra pandilla. —gruñí con ganas de agarrar algo y pegárselo en la cabeza. Cuando llegó el turno de Rosario, nos animamos a gritarle que diera lo mejor de él. Yo me quedé mirándolo. Había carritos repletos de ropa que los clientes desechaban. —Guau, qué bonitas. —Reía. Al principio no pude creer que alguien tan importante me recordara. Acordamos que iría al salón de belleza ubicado en la plaza comercial. —Sonrió. Me habías dicho que le pondrías esfuerzo. —Ah... sí, es cierto. —Que nuestra estrategia no servirá de mucho —me contestaba Kevin mientras recibía una barra de chocolate de Ethan—. Creo que está de más decirte que a nadie le aceptes bolsas, equipajes o cualquier objeto. Se refería a andar con la rueda delantera levantada. —Me lo pasó y se fue a practicar con los demás. —Sigue sirviendo pastel, luego quiero que estés atenta a cual invitado le falte una cerveza o quiera comer bocadillos. —¿Dónde es? Juliana en verdad lucía como si necesitara con urgencia unas buenas vacaciones. —Reía. Arthur extrajo un billete de veinte de su billetera. Esta calor hace brotar la energía en mi cuerpo. —Me las quitó de las manos—. —Le cacheteó bien fuerte—. —Buena suerte. —¿Según tú debería estar muerta? —Me acerqué al sofá y lo golpeé varias veces para sacar todo lo que había acumulado por dentro—. Vestía zapatos marrones y pantalón jean color crema, acompañados por una camisa polo blanca; en su cuello tenía enganchada sus gafas de sol. Solo mantenía su evidente incomodes. Siendo honesta, el saber que Morgan se prestó a ese juego y, hacerme creer otra cosa en la conversación que tuvimos, me hizo sentir tan mal que se me aguaron los ojos. Perdóname señor Smith, ese día no me sentí capaz de volver a sonreír. —¿Sabes qué es bueno para curar este malestar? Arya gritó un poquito por eso. —Te recuerdo que quien vino a interferir, fuiste tú. Llegó el turno del integrante de Smashers llamado Miutukin. pero, ¿qué tal si hago el ridículo? Como médico, tenía la habilidad de crear una burbuja mágica de tres metros de diámetro donde sus efectos de sanación se intensificaban. Vine a vivir un tiempo con una tía. Desde el martes, no nos habíamos reunidos todos porque los más jóvenes tenían clases. La siguiente era sobre un islote con un viejo castillo. —Arya está sin hogar. No conocía ni un detalle sobre ese deporte. Estuve viendo vídeos en el teléfono. —Ya no somos solo tú y yo... —lagrimeaba. —Hablaré con ella. —Volvió a concentrarse en la computadora. Me lastimó y no fui capaz de hacer algo en su contra. —Vengo del estado de Maine. —dije contenta. —Qué lo disfrutes... —Me fui—. Al fin podré comprar el vehículo de mis sueños. Se giró para entrar, pero no realizó un paso. De su pandilla, era el menos rápido. Explicó que si Owain salía con un berrinche, el empleado revisaría que ella estuvo haciendo. —Descuida, solo pasemos un buen rato. Quien te amenaza es puro chisme y cotorreo, o sea, Lindsay Monroe. —Hmm, estaba pensando que quería pintarme las uñas. Quizás un poco lento en el segundo minuto y tuvo tres intentos fallidos en un rectángulo de concreto. Casi dos minutos después, avistamos que de entre la multitud por el camino colorido, salió una mujer que venía hacia nosotros sosteniendo de la mano a un inquieto niño, que forcejeaba por regresar a las atracciones. —Rayos, tampoco me subas la voz. —Ah... sí. At more than 100 $ the night, it does not come cheap. Cuando ya íbamos en unas aceras alejadas del edificio, tía se me acercó para hablar. —Perdonen, ese invitado tiene problemas mentales —se disculpó por el micrófono. Anastasia sonrió al ver todo el cariño que recibió, y regresó a la plataforma. —Bueno... solo fue una prueba. Le confesó que era un tonto, incapaz de controlar sus impulsos. Teníamos un gran escándalo; incluso dos niños correteaban y saltaban de una mesa a otra. Elly hizo que se formara un muro de fuego, que rodeó toda la zona desde el inicio del bosque. —Por supuesto —contestó su madre. No se aburren de llevarse todos los campeonatos. Siempre terminaba con dolor en los brazos y espalda. No sabía que escoger, todo lucía delicioso. Me encantaba que era más suelto que el verde. —No se preocupe. La leche evaporada Amanecer Nutri Forte de la marca Ideal viene en un six pack en lata con 395 gr de … Muchos comentaban sobre nuestra destreza. Al ir a gran velocidad en la rampa, realizó el salto más elevado de la tarde. Esta riqueza nunca me hizo feliz. En una mano sostenía lo poco que quedaba de un sándwich, en la otra sostenía un vaso de chocolate caliente. —Y ¿a ti qué te ocurre? Fui a servir dos platos. Como nunca en la vida imaginé que eso me ocurriría, solo empaqué ropa digna para estar en casa o salir a un parque. Fuimos a una zona subterránea donde había un pasillo de puertas. Anoche tía y yo debatimos como me arreglaría. Incluye 3 vasos de Ideal como parte de una dieta balanceada que incluya alimentos ricos en hierro. —Oh rayos. —grité contenta y lo contesté—. La encendió y enseguida arrancó. Me acerqué a curiosear. Terminamos de cenar en veinte minutos. —Entré sonriente. —Vamos, Pelirroja. Era la segunda vez que escuchaba esa palabra en una oración incongruente. ¿Usted siguió sus pasos? —¿Los ató un gladiador? El precio y las condiciones indicadas en el catálogo o sitio web de Metro son las que aplican. Viernes 06 de Enero de 2023. Llegamos a la cocina y encontramos a Lindsay regañando a la cocinera. —Él estaba tan enamorado que había hasta comprado un anillo para proponerle matrimonio. —Claro qué no. Mientras Ethan me comentaba sobre Smashers, vi cuando el gordito de Darkasfuk, tocó su hombro para llamar su atención. —¿No te importa terminar preso? ¿De verdad esperáremos una hora? —¡¿De todos los niveles?! Ella ya caminaba enfadada hacia él. ¿Es una epidemia o qué? [email protected] Oye, nunca he ido. ¿Qué eso no es un pasatiempo de hombres? Decidí no cometer la imprudencia de presionarla. —le pregunté. —Relájate Arya, todavía nos queda el de equipos —avisó Kevin. Aparte del Hockey, a nadie le interesaba los deportes. Todavía tiemblo, derramé muchas lágrimas. Casi pareció una danza. Algo ridículo de este juego porque ni siquiera existió en mi mundo. Tenía sentido porque me sentía igual. Cristian colocó la pizza y la soda sobre el escritorio. —En serio... ya comprendo el porqué la atmósfera se siente pesada. Me motiva a salir a caminar, sentarme bajo un árbol en un parque. Decidí relajarme para ser más amistosa con él. —Me latía el corazón. Es divertido y a veces reunimos hasta diez dólares. —Pero lo quiero. Cero palabrotas frente a Owain. —Joder... —Suspiró Arthur—. —Está bien. Los que más la utilizaban eran Ethan y “Boss”; el nombre de Kevin en las redes sociales. Lo único que veo es a un ogro que aprendió a recitar poemas y chistes baratos para engatusar a mi hermana. Se percató de reojo que husmeaba. Por favor... —No. Que básicamente significa que hago lo que se me dé la gana. Fuimos a pagar y salimos. Ni es tu hermano o amigo cercano. —Lindsay me entregó la dirección en una nota —. Despacho a Domicilio. —No puede ser —pensaba inquieta. Apresuró sus pasos para venirme a saludar. Durante el último minuto su velocidad fue promedio. La chica de Darkasfuk nos acompañó. —¿Serías tan amable de escuchar mi historia? Ella vivía en el quinto nivel. II. En la pared de la puerta estaba una estantería. —Tengo un trabajo de medio tiempo por las noches —contesté. En su lecho de muerte, nos aconsejó mudarnos a este estado para quedarnos con una familia. Entró en un cubículo y comenzó a recoger la basura que le tocaba. Hacía imaginar que su mal aliento hasta desmayaría. En su antebrazo izquierdo, tenía un tatuaje mediano de una pluma. Cuando le pregunté cómo se conocieron, contó que ella fue contratada hace dos años tras graduarse de diseño gráfico e industrial. Se estaba propasando con sus insultos. —¿Qué clase de empleo? Miró a su hermana, quien no se atrevía a pronunciar una palabra. —Si fuera real, hace rato estuviera descansando sobre la grama. Porque si es así, te puedes largar ahora mismo —me regañó. Tú no tienes algo que te haga resaltar. Juliana no supo que contestarle. Muchas gracias. —La que conducía le tiró un beso y arrancó. Juliana se disculpó con nosotras. Vestía sacos de una talla mayor para ocultarla. —Compra ropa y accesorios. —¡No seas gallina! Más vendido. Al regresar a los asientos, Ethan reveló que se había llenado los bolsillos de golosinas y chocolates. Mi madre me llamó tras tía llegar del trabajo. Él se había quitado el casco y, a pesar de que el chófer le gritaba furioso, sonreía como si lo ocurrido fuese lo más gracioso del mundo. Arthur estaba de espalda hacia mi dirección; se había distraído con un niño que lloraba porque cuando se cayó, se causó un rasponazo en una rodilla. Jamás imaginé que llegaría tan lejos, que barrería conmigo enfrente de tantas personas, incluyendo a Lindsay. Oye, si tienes dieciséis, ¿no deberías estar en la escuela a esta hora? A que lo saquemos afuera para que te sirvamos un gran pedazo. Observé la puerta de Arya. Fue a gran velocidad, realizando varias vueltas en el aire. Me invitó a tomar asiento en un mueble cercano a una estantería. Mi hermano llamó, pero no le contesté. Era similar al que utilizaba en el sexto nivel. Activar armamento. Tía lo miraba boquiabierta. Él ha escuchado lo grosero que eres. Mientras recogía las bolsas, noté que la instalación artística tenía una placa metálica en el suelo. —Le sonrió. Acabo de pensar que le quedaría bonito un estampado florar. Me senté y cubrí la otra oreja para intentar escucharlo. Solo nos empeoraría la vida. Me perdí saludar a Samuel y Percy porque ya habían comenzado a trabajar. Él destapó el alcohol y le echó un poco por encima de la herida para limpiarla y evitar alguna infección. This review is the subjective opinion of a Tripadvisor member and not of Tripadvisor LLC. —Recogía las bolsas—. Al final, no podía despegarme del espejo, muerta de la sonrisa. —Le sacó la lengua. ¿Qué tipo de contrariedad es ésta? —Recordé que una vez disfruté de uno por televisión. —le pregunté. Te pido disculpa por el comportamiento de mi nieta. Lo invité a que se sentara a mi lado. —Piensa con cuidado que podrías hacer. Eran las siete con veinte minutos. —le gritó. Se me acercó y, rudamente, me sujetó del cabello para sacarme del escondite. ¡No perderé frente a ti, mamá! Continuamos paseando por la zona de kioscos. Su vida ya se había restaurado casi a la mitad. —Está bien. Antes de ir a verlo con la excusa de brindarle pastel, fui a llevarle un pedazo a un hombre que me había hecho señas de que quería. Al abrirla e identificar a esa persona, mi corazón se detuvo. Los pocos hombres eran empleados o andaban con sus parejas. Atardecía. —Pero existen otras empresas. —No seas terca, tú misma admitiste que apenas tienes para comer. Cada vez que salía de fiesta, se acostaba con el primero que le atrajera. Rosario y Kevin se nos acercaron para tomar un vaso y descansar. Luis y yo nos manteníamos comiendo palomitas. Buena suerte. Tenía un lunar encima de sus labios del lado derecho. Las ventanas tenían cortinas oscuras que combinaban morado con negro. Me impresionó que su timidez le permitió escapar un poquito de impresión y el diminuto asomo de una sonrisa. Cuando él venía medio molesto hacia el banco donde estaba sentada, pensé preguntarle sonriendo si se divirtió mucho en el camino colorido. Si continuaba calculando, descubriría que debía recoger dos ciento cuarenta cubos de basura y reciclaje. —Guardé el teléfono—. —Está bien. —¿Me esperabas? No pasaremos por ti porque tenemos otro compromiso. —¿Es en serio qué estás enferma? —Lo habitual, un rasponazo —le contestó Kevin. Le avisé que se nos acababa el tiempo y regresó a donde yo quería, a mis labios. Me arruinaría un día tan preciado. —Buenos días... —saludé algo tímida porque apenas dos me miraron. Solo no vayas a chocar por andar de pendenciero como el otro día. ¿Te puedo llamar mientras trabajas? Sin mangas de cuello redondo y doble volante. Sin embargo, con mi estilo busco lucir intimidante, no bonito. Si quieres te paso su número. —Si salgo por la puerta trasera, será el fin del objetivo de mi carrera. —ofreció. —Entiéndelo, por favor. Detrás tenía colgando varias medallas de campeonatos de patinetas. Tomé un gran y profundo suspiro de alivio. Me quedé de espalda contra ella —. —Me voy. Entraban y salían muchas chicas, la mayoría charlaban animadas entre ellas. Me pareció curioso que al lado tenía un adorable poni de su mismo color. —Perdona el daño que te causé para librarme de esos malnacidos. Desde que lo escucha sonar, corre a averiguar quien llama. No quería cometer la inconsciencia de pensar que tenía problemas en la cabeza porque apenas empezaba a conocerlo. Por alguna razón, pensé que en ese momento tan difícil, tendría su apoyo, pero... —Pensaba que... —luego pensé que no se merecía ser molestado de esa manera. Si haces clic en Supermercados en la pestaña categorías, hallarás tiendas similares a Metro. Nos salió la semana como 800€. —Sin pensarlo, fui a saludarlo con un abrazo. Quiero comprar varias cositas. Transcurrieron tres minutos. Lucía molesto, pero cuando reconoció que era una vecina, se relajó y pidió disculpas. Tomamos asiento. —Descuida, ahora mismo llamaré a mi marido para que vaya a poner la denuncia. Al ser enfrentado, no pudo tolerar el contacto visual y miró hacia el suelo muy nervioso. Aparte, porque sigues viva. Me gustan de automóviles deportivos, turismo, playas, de viajeros y esas cosas. Owain abanicó su espada y, los siete minotauros que iban a atacarlo, salieron volando; el más cercano fue cortado en dos. En el centro había kioscos. —No —mentí. Aún se sentía raro hablar con seres virtuales. Si siquiera un miembro de la directiva de ejecutivos desconfía o está en tu contra, se dificultad adquirirlos. Alguien como él realizaría sus compras por Internet. Siempre unidas, sosteniéndonos la una de la otra. Aquí no tengo una semana y ya me conocen muchas personas, tengo empleo y amigos. —Doña Patricia. —¡No puede ser! Esa semana fue tanto que conversaron sobre eso, que ella se hizo famosa. Al alcanzar ese cubículo, me detuve a curiosear.
Playa De Estacionamiento Cerca Al Estadio Nacional, Ejemplos De Objetivos Tácticos, Playa De Estacionamiento Cerca Al Estadio Nacional, Pasos Para Hacer Un Discurso Oral, Enchiladas Delivery Callao, 10 Recursos Renovables De Colombia, Física Básica Para Principiantes, Pantalones Drill Para Mujer, Malla Curricular De Ingeniería Civil Utec, Traumatismo Vertebro Medular Ppt, Características Del Matrimonio Civil,